Introducción
Hace varios años atrás,
pero no tantos como podría suponerse, se anticipaban avances tecnológicos que
hacían suponer un futuro más cercano a una escena de película de ciencia
ficción que a la realidad misma. En aquel entonces, al leer esas noticias
“proféticas” se mezclaban la fascinación e
incredulidad ante los avances que se avecinaban. Pues bien, esas cosas
sucedieron y en un lapso de tiempo asombroso…
Del mismo modo, siendo que
la escuela es una institución inmersa en esa misma sociedad pedagogos y
políticos anticipaban que en el futuro, la educación sería diferente y es así
que hace varios años se promueve desde los diseños curriculares de los diversos
niveles educativos la inclusión de los recursos tecnológicos en la educación en
general y en la enseñanza de la matemática en particular.
Actualmente, la formación
docente en matemática incluye al menos un espacio curricular destinado al uso
de recursos tecnológicos aplicados a la enseñanza de la matemática. Asimismo,
existen una gran cantidad de ofertas de cursos de capacitación y talleres
destinados a docentes y futuros docentes sobre el uso de herramientas
tecnológicas específicas de esta disciplina. Incluso, es posible acceder a una
gran cantidad de material gratuito disponible en blogs y páginas de Internet. Por último, con
el programa Conectar Igualdad y la llegada de las neetbook a las
aulas del nivel medio y superior, como parte de un plan gubernamental, deberían
ser un paso facilitador en este proceso de transición que aún estamos viviendo.
No obstante, a pesar de
todo lo dicho anteriormente, se sigue observando una gran incertidumbre respecto a la inclusión de
herramientas tecnológicas en la clase de matemática. El video,
de alguna manera, resume lo que muchas veces ocurre en nuestras aulas.
La visión de algunos autores
Son innumerables los
trabajos e investigaciones que se refieren a la importancia y beneficios de
incluir el soporte tecnológico en la clase de matemática. Por ejemplo, se
recomienda la lectura del siguiente trabajo de Paul
Goldenberg.
Actualmente, resultan innegables las ventajas que ofrece el trabajo con diversos
software educativos que promueven la exploración, la elaboración de conjeturas,
la confrontación de hipótesis entre otras habilidades y capacidades
relacionadas al trabajo matemático y a la construcción del conocimiento. El
siguiente video, resume las ideas centrales en cuanto
a la importancia y la necesidad de su inclusión en las aulas.
Al respecto, Gil Y., De los Ríos, Calvo, Cuadros,
García, Gil L. y Marquez
(2013) afirman que las nuevas tecnologías ofrecen una variedad de recursos que
didácticos que no sólo complementan y agilizan la tarea cotidiana sino que,
entre otras cosas, fomentan el aprendizaje colaborativo.
Sin embargo, Gómez (1997) sostiene que muchos docentes
se sienten presionados a incluir estas nuevas metodologías a sus clases ya que
se contraponen a su concepción de lo que es la matemática y lo que implica
enseñarla y aprenderla. Frente a esta “obligación”, el uso de estos recursos se
limita a la verificación o comprobación de propiedades y se desaprovecha el
potencial que estas herramientas ofrecen.
Principalmente, es posible
distinguir tres usos fundamentales de los recursos tecnológicos en el discurso
matemático escolar: como recurso didáctico con la finalidad de complementar
explicaciones y/o exposiciones del docente; como recurso didáctico con la
finalidad de comprobar o verificar resultados o respuestas y, finalmente, como
recurso didáctico que promueve la construcción del conocimiento matemático.
Gómez (1997) se refiere específicamente a la construcción del conocimiento
matemático y confiere a las herramientas tecnológicas funciones explícitas e
importantes:
[…] La tecnología ofrece la oportunidad para que se consolide no solamente una nueva visión del contenido matemático, sino también nuevas visiones acerca de las relaciones didácticas y del papel de los diversos agentes didácticos en el proceso de la construcción del conocimiento matemático por parte del sujeto. En este sentido, la tecnología puede convertirse en un elemento central del sistema didáctico como agente didáctico con funciones explícitas e importantes en el funcionamiento del sistema. (Pedro Gómez, 1997, p. 99-100).
Estoy convencida de que el docente debe ser capaz de
decidir en cuándo y para qué incluir recursos tecnológicos en su clase,
determinar el o los objetivos que se propone alcanzar, diseñar
actividades y
secuencias seleccionando el recurso tecnológico más apropiado para su
resolución y gestionar la clase sorteando los obstáculos o dificultades que se
les pudieran llegar a presentar. En este punto, me pregunto ¿la formación
docente actual prepara futuros profesionales con las capacidades y habilidades
antes mencionadas? ¿La capacitación continua que se ofrece a los docentes en
ejercicio contempla estas necesidades? ¿Son los docentes capaces de diseñar su
propio material o realizar los ajustes necesarios al material que disponen para
adaptarlo a sus necesidades?
Referencias bibliográficas
Gil Y.; De los Ríos, C.; Calvo,
I.; Cuadros, P.; García, G.; Gil L. y Marquez, V. (2013). Los recursos
tecnológicos como un recurso didáctico más para la enseñanza y aprendizaje de
la matemática. En Actas del VII Congreso
Iberoamericano de Educación Matemática, (pp. 873 – 880). Montevideo.
Gómez, P. (1997). Tecnología y educación matemática. Informática Educativa 10 (1), 93-111.
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